EN BUSCA DE LA EVIDENCIA CIENTÍFICA PERDIDA

El fracaso de las medidas educativas sexuales en los colegios es ya patente. Países como Reino Unido, Francia o EEUU han informado recientemente sobre los resultados de las medidas educativas que se se pretenden implantar en nuestro país a través de la Ley del Aborto y Salud Sexual y Reproductiva.

En Francia, y según un reciente informe oficial (2010) divulgado en España por el diario La Razón, -con escaso eco en otros medios- la Ley del Aborto de 2001, que pretendió servir de modelo a la ministra Aído, ha logrado el efecto contrario al deseado: los embarazos no esperados no han disminuido y los abortos han seguido su escalada.

Efectivamente, el informe oficial francés ha hecho balance tras 10 años de implantación de una Ley similar a la de España, cuyos resultados son un reflejo de a dónde nos dirigimos. ¿Es eso lo que deseamos para nuestros hijos? . Es éste un importante informe que nos interpela directamente.

En Reino Unido Mail Online informa que nada menos que la Inspeccion Educativa ha elevado un informe al gobierno alertando sobre el contenido de la educación sexual en los colegios, que se limita a descripciones biológicas sin explicar el sentido del matrimonio y el amor duradero, mientras el número de embarazos alcanza el 18% de las jóvenes de UK.

En EEUU un informe de 2008 del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), del que se ha hecho eco Forum Libertas, pone de manifiesto que la educación a los jóvenes que propone la espera y refuerza los valores, funciona.

Más información sobre la falta eficacia científica demostrada del "sexo seguro":



China se ve obligada a implantar la educación sexual cristiana ante el fracaso de sus políticas educativas con material proporcionado por una asociación cristiana estadounidense , según se refleja en Religión en libertad (2/9/2010).

En España Los datos estadísticos no permiten justificar una implantación masiva de un programa de educación sexual escolar no personalizado, sin consentimiento de los padres, asociado a la no existencia de un nivel de evidencia adecuado, y sin experiencia de campañas previas eficaces a otras edades que lo respalden (ver texto de análisis detallado).

Por su parte, el Consejo de Estado ha advertido al analizar la Ley del Aborto y Salud Sexual, que puede suceder algo parecido a lo que está pasando con Educación para la Ciudadanía y ha añadido: “No se debe exaltar el sexo ni incitar a los alumnos a dedicarse precozmente a prácticas peligrosas para su equilibrio, su salud o su futuro o reprensible para los padres“.


UNA ENTREVISTA CLARIFICADORA

INFOLIBE ha tenido acceso a la entrevista que ha mantenido Profesionales por la Ética con la Dra. María Alonso, médico de Familia de la Comunidad de Madrid, experta en educación sexual, que reproducimos a continuación, por su aportación práctica a los Centros Escolares:

¿Por qué se ha planteado el debate sobre la educación sexual en los centros escolares?

Actualmente, la imposición de los contenidos vienen definidos como obligatorios en la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción voluntaria del embarazo, planteados sin excepciones para todos los colegios e institutos. Concretamente, este tema aparece presentado desde una estrategia de salud preventiva. Se parte de la falsa idea de que el único modo de prevenir las enfermedades de transmisión sexual, los embarazos imprevistos y los abortos es introduciendo la idea de una enseñanza colectiva que no tendría por qué respetar las diferentes convicciones individuales de los padres. Todo esto, además, sin considerar que este planteamiento carece de base científica, ya que no se ha demostrado eficaz en otros países, tales como Estados Unidos o Reino Unido, que han optado por este tipo de medidas en el ámbito escolar. En nuestro propio país hemos comprobado ya la clara ineficacia de las campañas de salud sexual, basadas en la promoción del preservativo, que se han realizado repetitivamente sin lograr sus objetivos.

¿A qué edad cree que debe darse la educación sexual en las escuelas?

La respuesta depende mucho de lo que entendamos por educación sexual. La educación sexual de la que habla la Ley del aborto contempla la promoción de anticonceptivos, incluyendo la conflictiva píldora del día después (PDD), la visión del aborto como un derecho reproductivo y la aceptación de las conductas homosexuales o bisexuales desvinculándolas de posibles valoraciones morales, a través del apartado «aceptación de la diversidad sexual» . Se propone implantar esta enseñanza, carácter obligatorio, desde los 11 años a través de profesionales sanitarios, según ha informado la Ministra de Sanidad.

A los 11 años, la formación se debería referir a aprender a reconocer, valorar y apreciar las diferencias objetivas orgánicas, neurológicas y psicológicas (sobre las que existen interesantes trabajos científicos), que presentan ambos sexos, orientándolas hacia el respeto y la aportación original de cada uno, para enseñar a una sana convivencia familiar y social.

A partir de los 13 años, coincidiendo con su formación académica sobre la reproducción humana en la asignatura de Ciencias, se puede, de modo progresivo, ir preparando al joven para el amor, la entrega mutua, la búsqueda de la felicidad duradera, la delicadeza en el trato, orientando la educación hacia el compromiso y no sólo como goce personal exclusivo, siempre respetando el desarrollo individual de cada alumno y el deseo de los padres a recibirlo en ese momento. ·

¿Dónde están los límites en este tema tan amplio? ¿Qué pueden hacer los padres ante la educación sexual que viene?

Evidentemente los folletos con imágenes de sexo explícito editados para adolescentes, el material «Sexpresan» de la página web del Ministerio de Educación, o el portal en internet sobre sexo para jóvenes de la Generalitat de Cataluña, con la promoción de la masturbación y sexo oral, exceden por completo los límites establecidos, siendo una de las causas del conflicto actual de los padres respecto a la educación en los dos últimos años.

Por un lado, yo recomendaría a los padres que exigiesen con antelación, de modo coordinado, los contenidos teóricos y los materiales de las clases y talleres de educación sexual, para que cada familia adopte las actuaciones oportunas, como medida acorde al principio de neutralidad ideológica del Estado y su derecho, reconocido por la Constitución, a educar a sus hijos. Esta es una recomendación clave para salvaguardar este derecho básico.

En mi opinión, ningún centro debería verse obligado a dar una información o educación que pueda ser contraria a los valores propios de cada familia. Esto vale para los colegios con ideario, de iniciativa social, y para los de carácter público. En una misma clase, de hecho, conviven chicos y chicas procedentes de familias con situaciones muy distintas. Se deben respetar las diferencias ya que no estamos hablando sólo de transmisión de conocimientos y habilidades sino de algo que afecta a la propia conducta moral sobre cómo vivir la sexualidad. Ningún centro debe verse obligado a dar información contraria a los valores de cada familia. Y ninguna familia debe aceptar una educación sexual impuesta por el Gobierno o la Comunidad Autónoma que atente contra sus convicciones y valores.

Referencias a este mismo tema:
http://www.profesionalesetica.org/wp-content/uploads/2010/03/Ed_Sexual.pdf